Obligatoriedad de la educación parvularia: ¿sobre quién recae la responsabilidad?

Senadores y diputados avanzaron en las definiciones en torno al proyecto que modifica la ley General de Educación con el objeto de establecer la obligatoriedad del segundo nivel de transición de Educación Parvularia, con el fin de concordar un texto que pueda ser votado en ambas Salas.

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Durante las últimas sesiones, varios parlamentarios han manifestado sus dudas respecto a la conveniencia de la obligatoriedad, lo que propiciaría un “sistema coercitivo, en donde el peso caería en los apoderados”.

Sin embargo, la Comisión Mixta -presidida por el senador Jaime Quintana- transversalmente ha destacado la importancia de la educación en los primeros años. “No tenemos diferencias sustantivas de fondo con la importancia del kínder y esta oportunidad en el desarrollo neuronal en esa edad, la diferencia y lo que hoy nos tiene en esta Mixta, es respeto que la fuerza aquí sería lo obligatorio. Pensar que la fuerza de lo coercitivo va a cambiar las cosas … puede ser al revés”, sentenció el senador.

Según datos entregados desde la Subsecretaría de Educación Parvularia, “la neurociencia muestra que desde los tres primeros años se desarrolla la mayor parte de las neuronas cerebrales, convirtiéndose es un momento clave que no se vuelve a repetir, por eso se habla de ventana de oportunidades y se determina por el desarrollo de lo social y la comunicación”.

Al respecto, el ministro de Educación, Raúl Figueroa, indicó que, pese a lo clave de esta etapa, existe una baja en la matrícula en kínder y de los matriculados, hay un problema de inasistencia crónica (por más de 20 días no asisten).

“Asistir hace la diferencia”, reiteró, sumado “al compromiso en la agenda de las Naciones Unidas que establece como meta de educación, políticas integrales e inclusivas, donde se establece que se imparta al menos un año de educación preescolar de calidad, gratuita y obligatoria”.

Varios legisladores, entre ellos el senador Carlos Montes, advirtieron que existe el riesgo de una “escolarización de la etapa parvularia”, por lo que enfatizaron que se debe asegurar el respetar la especificidad de esta etapa, principalmente “cuando es cursada en colegios donde hay enseñanza básica y eventualmente media, porque se tiende a mimetizar con los niños de 1 y 2 básico, en todo lo cognitivo”.

En respuesta a la inquietud, el Ejecutivo presentó una indicación precisa que “aquellos establecimientos educacionales que impartan tanto los niveles de educación parvularia como educación básica, deberán cautelar que los objetivos generales que esta ley establece para cada uno de ellos sean fomentados específicamente en el nivel correspondiente”.

“Los sostenedores deberán dar estricto cumplimiento a lo dispuesto previamente (…)”.

En tanto, la senadora Yasna Provoste, entre otros legisladores, advirtieron que se podría producir una “desescolaridad de los niños y niñas que no cursen kínder”. Al respecto, el Ejecutivo incorporó la precisión que, pese a la obligatoriedad del kínder, quienes no lo hayan cursado, por el motivo que sea, entran directamente a primero básico y en este nivel se evaluará para nivelar.

Así, “se evita que la obligatoriedad del kinder produzca un efecto indeseado, como la desescolarización de niños desde primero básico y se realizará un diagnostico con el único objeto de diseñar e implementar el apoyo requerido”.

Además, se hicieron presente otros aspectos, como las mejoras estructurales en las que se debe avanzar, advertido por la diputada Camila Rojas.

Con todo, los senadores José García Ruminot y Claudio Alvarado valoraron el “tremendo avance, se recogen muchos los planteamientos que se han hecho, constituyéndose en una mejora sustantiva al proyecto”.