Falta de cupos para subespecialistas serían el gran problema de la salud pública
La llamada brecha de especialistas se estaría cubriendo en un plazo de tres años con los programas en curso. No obstante áreas como la medicina intensiva, nefrología, infectología y oncología estarían al margen de los procesos de formación.
4 de mayo de 2021Generar una instancia de trabajo conjunto con la Comisión de Desafíos del Futuro para desarrollar una Política Nacional de Formación de Especialistas, fue el acuerdo que alcanzaron los integrantes de la Comisión de Salud. Esto luego de conocer detalles de los distintos programas que se realizan para capacitar a médicos como especialistas y subespecialistas, en voz del subsecretario de Redes Asistenciales, Alberto Dougnac.
Dada la materia, los legisladores escucharon a los decanos de Medicina de la Universidad de Chile, Manuel Kukuljan; de la Universidad de la Frontera, Wilfried Diener; de la Universidad Católica, Felipe Heusser; de la Universidad de Valparaíso, Antonio Orellana; y de la Universidad de Los Lagos, Carla Bittner, quienes hicieron una serie de planteamientos.
En términos generales se concluyó que Chile tendría solucionada la conocida brecha de especialistas en los próximos tres años, pero la necesidad de subespecialistas sería el gran problema porque no existe una iniciativa que incremente los cupos y facilite el acceso a esta formación.
El subsecretario de Redes Asistenciales, Alberto Dougnac entregó una serie de cifras que entregan una mirada general al problema de los especialistas médicos. Por ejemplo, dio cuenta de la siguiente data:
- Con el fin de determinar la demanda de profesionales, Chile ha buscado ajustar la proporción de su población al universo de médicos. De acuerdo con el Registro Nacional de Prestadores existen 56 mil médicos, lo que arroja una tasa de 2,95 médicos por cada 10 mil habitantes.
- En los hospitales públicos hay 18 mil médicos y nueve mil cuentan con alguna especialidad. La mayor parte de ellos se encuentra devolviendo su beca.
- Existe tres programas para la formación de especialistas, lo que equivale a mil 200 cupos anuales, inversión estimada en 120 mil millones de pesos.
- Los programas corresponden a aquellos médicos que se van destinados a alguna localidad, conocidos como Médicos Generales de Zona; los médicos generales que trabajan en la Atención Primaria de Salud (APS); y los recién egresados. Estos últimos tienen menos cupos porque la prioridad la tienen los otros programas que se vinculan con las necesidades del sistema de salud.
- En el 2021 se abrieron 800 plazas para cursar cirugía general, pediatría y siquiatría, y se llenaron 559 cupos, 70 más que el 2020. En la APS se abrieron 469 cupos principalmente para medicina interna, familiar, ginecología y obstetricia, y siquiatría, pero no se han llenado producto de la pandemia. Y en cuanto a los egresados, ese proceso también está paralizado porque no se ha realizado el Examen Único Nacional de Conocimientos de Medicina (EUNACOM) por el COVID 19.
- De acuerdo a los directores de hospitales, la urgencia hoy es la medicina interna. Se requieren 130 médicos, plazas que podrían cubrirse con facilidad ya que al 2023 egresarían 217 internistas de los distintos programas. La situación se replicaría en especialidades como anestesiología, imagenología, siquiatría, neurología, cirugía general, oftalmología, medicina de urgencia y geriatría.
- Según la información que maneja esta subsecretaría, el mayor problema está en la falta actual y futura de subespecialistas o las llamadas especialidades derivadas. Se trata de profesionales dedicados a la medicina intensiva, nefrología, infectología, oncología, gastroenterología, hematología, nutrición clínica, ginecología oncológica, nefrología pediátrica y cirugía cardiovascular. La razón estaría en que no existe financiamiento directo porque no están contempladas en los citados programas. De acuerdo con el Minsal, en los próximos tres años se requerirán 443 médicos subespecialistas para cubrir la demanda asistencial.
A juicio de la autoridad, la solución estaría en generar programas acotados (no más allá de dos años) que sean atractivos para los médicos, de manera de atraer a aquellos que ya cuentan con especialidad pero que por su quehacer necesitan acotar aún más su trabajo. “Entiendo que habían algunos cursos de geriatría, medicina intensiva, oncología y neonatología que estaban funcionando con un número muy reducido de cupos”, sentenció.
Tras la exposición, los senadores Guido Girardi y Rabindranath Quinteros pusieron el acento en el factor territorial como uno de los factores a considerar a la hora de formar especialistas. Aquello fue recogido por el subsecretario Dougnac, quien explicó los criterios que se utilizan para formar expertos en cada macrozona.
El senador Girardi apuntó a la necesidad que los profesionales becados devuelvan su capacitación en el sistema público. “Nosotros hemos indicado nuestra disposición incluso a permitir que la Superintendencia de Salud cuente con un registro de prestadores que explique claramente quiénes no han cumplido con este compromiso (…) Ahora creo que una de las estrategias que podrían usarse para mantener a los médicos en el sistema es premiar las jornadas completas, por ejemplo”.
Por su parte, el doctor Manuel Kukuljan reconoció que el gran problema está en las especialidades derivadas, admitiendo que “este problema lo hemos estudiado, la necesidad de contar con más plazas y contar con programas de corto plazo. Creemos que se puede hacer un ajuste de los programas de especialidad en tiempo para que siempre la formación termine con una subespecialidad”.
En la misma línea, el doctor Felipe Heusser comentó que “hemos buscado cómo lograr la formación total de cuatro años. Por lo que se nos explica en dos años muchos médicos ya van a terminar su especialidad y que incluso habría un excedente a la hora de responder a la demanda, entonces ¿por qué a ellos no les extendemos su proceso formativo y cursan subespecialidad?”.
A su vez, el doctor Wilfried Diener describió lo complejo que ha sido continuar con los programas en pandemia. “La formación que se hace en la Atención Primaria no se puede parar por razones éticas, pero sin lugar a dudas la calidad de ésta va a estar determinada por la pandemia. Muchos consultorios están cerrados por decisiones municipales”.
A modo de conclusión, los senadores estimaron la necesidad de generar una instancia de reflexión donde participen las escuelas de Medicina, el Ministerio de Salud y las agrupaciones de médicos con el fin de repensar la política de formación. Así surgió la idea de generar sesiones unidas con la Comisión de Futuro, las que se agendarán en el mediano plazo.