A segundo trámite entrega de alimentos aptos para el consumo humano
Los productores o aquellos que comercializan estos productos deberán entregarlos –en forma gratuita- a organizaciones intermedias (juntas de vecinos, iglesias, ONG, etc.) en convenio o a receptores finales (personas naturales).
4 de agosto de 2020Por unanimidad, la Sala del Senado respaldó el proyecto que modifica el Código Sanitario en materia de disposición de alimentos para evitar su desperdicio. La norma había sido estudiada por la Comisión de Salud que emitió un nuevo primer informe.
Con este resultado la iniciativa que refunde varias mociones, pasa a segundo trámite, por lo que los diputados tendrán la posibilidad de estudiarla y perfeccionarla.
Durante la discusión, los congresistas destacaron la transversalidad de esta propuesta que “busca terminar con la destrucción de alimentos y por el contrario, persigue que aquellos productos que no pueden ser comercializados pero sí aptos para el consumo humano, sean entregados a aquellos que lo necesitan”.
En esa dirección, los parlamentarios aseguraron que “hoy más que nunca se requiere facilitar la alimentación de aquellos que pasan hambre”. Así se recordó las ollas comunes que con objeto de la pandemia, se han multiplicado en el país.
También se mencionó la necesidad de un cambio cultural en la cadena productiva, considerando que “desde el productor al comerciante deben tomar contacto con las entidades intermediadoras de esta ayuda o los consumidores finales”.
El objetivo central del proyecto es disminuir y prevenir la pérdida de alimentos aptos para el consumo humano en cualquier punto de la cadena productiva, los que no se pueden comercializar por diversas razones: cambio de apariencia del etiquetado, abolladuras del envase o su pronta fecha de vencimiento (6 días antes de la indicada en el producto).
De esta forma, en el texto legal se establecen definiciones como: alimentos aptos para el consumo humano, recuperación de alimentos, pérdida de alimentos, entidad intermediaria, receptores finales, establecimientos que expenden alimentos preparados y alimentos de consumo animal, entre otras.
Lo sustancial es que estos alimentos deberán ser entregados por los productores o aquellos que los comercializan a organizaciones intermedias (juntas de vecinos, iglesias, ONG, etc.) en convenio o a receptores finales (personas naturales) en forma gratuita. El orden de prelación será: consumo humano, consumo animal y compostaje.
Los productores y comercializadores deberán publicar en sus páginas web, la cantidad de alimentos entregados y los receptores intermedios y finales. Dicha información la recogerá el Ministerio de Salud (Minsal) para fines estadísticos de trazabilidad.
Asimismo se prohíbe la destrucción de alimentos y se obliga a los recintos donde se expendan alimentos preparados (salones de té, fuentes de soda, restorantes, hoteles, etc.) a entregar aquello no consumido por el comensal.
La presidenta de la Comisión de Salud, la senadora Carolina Goic explicó la tramitación de la propuesta detallando en qué condiciones quedó el texto. Así hizo énfasis en la necesidad de dar un buen uso a las toneladas de alimentos que se eliminan diariamente, los que podrán ser donados a personas que los necesiten.
“Este proyecto nos permite adecuar la legislación a lo dispuesto por la FAO. Son millones de toneladas de bebidas, verduras, frutas, carnes y abarrotes en general, que se desperdician en Chile. Hoy existen dos bancos de alimentos que son donados por empresas, pero creemos que una ley debe formalizar dichas acciones”.
“Esta es una iniciativa transversal. Nos quedemos hacer cargo del hambre y la necesidad de una alimentación saludable. En pandemia hemos visto como han proliferado las ollas comunas, por eso más que nunca se requiere este proyecto. Juntas de vecinos u hogares de ancianos, entre otros podrán ser receptores finales”.
“Fui la que pidió un nuevo primer informe. Ahora me parece que se obtuvo un mejor proyecto. Hoy presentamos a esta Sala una norma demasiado importante. Se generaron una serie de definiciones y esto tendrá un impacto ambiental positivo pensando en los gases de efecto invernadero”.
“El sentido de esta propuesta es profundo desde el punto de vista práctico, se requiere toda una cadena para concretar una donación. Estamos hablando de un sistema que quiere hacerse cargo del dramatismo que implica el hambre. Quiero destacar el ánimo de la discusión, siempre positivo”.
“La FAO dice que 27 mil toneladas de toneladas de comida se desperdician cada año. La seguridad alimentaria está detrás de esto como la seguridad ambiental. El proyecto busca prevenir la pérdida de alimentos y promover su consumo. Todos los productos son aptos para el consumo humano”.
“Ya en marzo del 2016 ingresé un proyecto similar. Creo que lo mejor es agilizar este tipo de iniciativas. Se prohíbe destruir y se obliga a donar. Estoy pensando en las pymes como los pescadores artesanales. El problema de la donación es la discriminación y acá se actúa desde la solidaridad”.
“Hoy votamos un proyecto esencial pensando en la distribución alimentaria. Como miembro del frente parlamentario contra el hambre apoyo esta iniciativa que refunde mociones. Ahora vemos que el proyecto está pulido y permitirá tener un mundo mejor”.
“Quiero recordar que hace unos dos años fuimos a hablar con el Ministro de Hacienda para hacerle ver la necesidad de un proyecto de este tipo. Ahora pasaron varias mociones y una pandemia para que se considere algo de sentido común que es no botar el alimento”.
“Fuimos invitados por el senador Galilea a donde el ministro Larraín tal como lo recuerda el colega. Ojalá pudiéramos tener más iniciativas como éstas y mejor sería que no fuera necesario emitir leyes para concretar la solidaridad”.