Senadores conocen las ventajas del denominado combustible del futuro: el Hidrógeno Verde

En medio de tanta incertidumbre y la compleja crisis económico y social a raíz de la pandemia, las Comisiones de Desafíos de Futuro y Minería y Energía analizaron lo que podría convertirse en un futuro prometedor para Chile, en materia de desarrollo de energías renovables.

Se trata del uso del Hidrógeno Verde, combustible que podría reemplazar el diésel y ser la base de la generación eléctrica. Se obtiene a través de un proceso de electrolisis con moléculas de agua, esto hace que sea mucho menos contaminante, que su versión gris (Hidrógeno Gris que se extrae a través de hidrocarburos).

Los legisladores compartieron impresiones tras escuchar al Ministro de Energía, Juan Carlos Jobet y el presidente de la Asociación Chilena de Hidrógeno, Hans Kulenkampff, quienes explicaron la política que está desarrollando el Ejecutivo en esta línea, así como los proyectos que ya están en marcha, respectivamente.

Los congresistas valoraron el rol que ha cumplido la citada cartera en atisbar la importancia de este combustible, instando a agilizar las acciones que den con una estrategia nacional. Asimismo, aplaudieron la incidencia que podría tener el Hidrógeno Verde en la minería minimizando su capacidad de contaminar.

Es un combustible que se produce a partir del agua y una energía renovable. En sí mismo el hidrógeno solo produce vapor de agua, es decir, no contamina. Además, la cantidad de agua que necesita para ser producido es muy baja.

Su principal característica es que tiene una alta capacidad energética y un bajo índice de masa. Por ejemplo, un automóvil convencional muy eficiente rinde 15 kilómetros por litro mientras que un automóvil a hidrógeno, cada litro de este compuesto puede llegar a rendir cien kilómetros. Se dice que el Hidrógeno incluso tiene mayor densidad energética que una batería de litio.

Para reemplazar combustibles fósiles que contaminan.

En ese entendido puede ser aplicado en distintos campos industriales. Hoy se usa en la refinación de petróleo (ENAP lo usa), la industria médica, el transporte, la industria del acero, la industria de calor residencial.

La meta final hacia el 2050 sería que el Hidrógeno Verde lidere la generación eléctrica.

Países Bajos, Alemania, Corea del Sur, Japón y Portugal. De hecho, en la actualidad se desarrollan proyectos asociados a Hidrógeno Verde por más de 20 mil millones de dólares. La buena noticia es que además este combustible es compatible con todos los tipos de energía.

Porque se dan tres factores a nivel mundial: el proceso de descarbonización en diversos países, entre ellos Chile; los costos tecnológicos para producir hidrógeno verde han bajado; y los diversos gobiernos están desarrollando estrategias para invertir en ello.

Porque Chile es un país rico en energías renovables.

Nuestro país puede llegar a producir 70 veces la cantidad de energía que gestiona (lo que produce y lo que consume) con energías no renovables.

Dado que ese volumen es impresionante, es imposible que se pueda usar todo, por eso se piensa en exportarlo.

Todo ello permite que Chile pueda producir Hidrógeno Verde a bajo costo, respondiendo a los requerimientos mundiales en gran medida, pero para ello, se deben coordinar los actores de la cadena de valor.

Desde el año 2000 ha prevalecido la hidroelectricidad, luego se incorporó la producción a carbón y gas natural. Hoy está en apogeo la energía eólica y la solar fotovoltaica.

Se estima que al 2030, el 75% de la matriz energética será renovable; y en el 2050, se alcanzaría un 95%.

Se estima que al 2050, el Hidrógeno podría representar un 10% del actual Producto Interno Bruto (PIB), lo que equivale a la actual minería. Así en dicha fecha, se podría captar un 50% del mercado de Japón y Corea del Sur, y un 20% de China.

La producción de hidrógeno por año sería de 25 millones de toneladas al 2050.

Está elaborando una Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde fruto de un proceso participativo. Hoy existen mesas técnicas y un Consejo Asesor que están colaborando en la generación de un documento que oriente políticas públicas. Se espera que a fines del 2020 se conozca dicho informe.

El ministerio trabaja en función de cuatro ejes: desarrollar regulación para su uso y producción; analizar planes y políticas del combustible a nivel internacional; convocar a ministerios, mundo privado y la academia para elaborar la hoja de ruta -que tendrá un plan de acción a 2025- y la identificación de proyectos que estén desarrollando privados para analizar opciones de cofinanciamiento.