Inteligencia artificial, redes sociales y adicciones: ¿llegó el momento de pensar en un marco regulatorio?
Siete destacados científicos y académicos internacionales expertos en adicciones analizaron la convivencia con estas neurotecnologías en el encuentro organizado la Comisión Desafíos del Futuro, la Universidad de Columbia y el National Institute on Drug Abuse (NIDA)
14 de julio de 2021Imagínese que va a comprar un nuevo modelo de celular y en el envoltorio aparece la siguiente advertencia:
“El consumo excesivo de esta tecnología puede provocar adicción, insomnio, depresión y soledad, entre otros desórdenes sicosociales”.
“No dejar al alcance de los niños sin supervisión”.
Quizás pudiera parecer excesivo pero esta realidad no pareciera tan lejana luego de escuchar del simposio virtual ‘Impactos Biológico y Médicos de las redes sociales’ organizado por la Comisión Desafíos del Futuro, la Universidad de Columbia y el National Institute on Drug Abuse (NIDA).
En la oportunidad, los científicos más renombrados en el área, entre ellos, Rafael Yuste, inspirador de la reforma constitucional para la protección de los neuroderechos, y la doctora Nora Volkow (NIDA) junto a especialistas de las más prestigiosas universidades, dieron a conocer diversos estudios realizados en grupos de la población expuestos a los medios sociales y observaron los cambios biológicos que experimentaron sus cerebros, organismos y conductas sicosociales.
Varios de ellos coincidieron en que, en un extremo, los efectos de las tecnologías asociadas a las redes sociales son muy parecidos a las adicciones de alcohol y drogas. Dopamina, ínsula, hemisferios derecho e izquierdo y corteza cerebral fueron algunos de los conceptos que rondaron las interesantes exposiciones que dieron cuenta de los impactos biológicos y médicos en los seres humanos expuestos a los famosos algoritmos de la inteligencia artificial que son capaces de predecir nuestros comportamientos, reconfortarnos, hacernos adictos y liberar todas nuestras vulnerabilidades, al tiempo que también nos otorgan nuevas y curiosas habilidades.
A modo de 'bonus track', las personas que son adictas a las redes sociales adquieren mejor coordinación social semántica y redes mentales, cuyos alcances todavía aparecen inexplorados. Por otro lado, los beneficios de internet y las redes sociales son enormes e innegables para el aprendizaje, la democratización del conocimiento y la conectividad y la socialización, especialmente, tras la experiencia vivida por la pandemia.
Así las cosas, en esta etapa, se está pensando en que existe un base científica para avanzar, al menos, en una legislación o marco regulatorio que incremente la conciencia o alerte sobre las potenciales consecuencias adictivas de estas plataformas combinadas con tecnologías avanzadas de inteligencia artificial.
Una suerte de ley de etiquetado para internet porque así como hubo que regular la comercialización del alcohol, el tabaco, los alimentos altos en azúcares y grasas, ¿por qué no pensar en esta dimensión neurotecnológica?. Así por lo menos lo esbozó el senador Guido Girardi, presidente de la Comisión de Desafíos de Futuro.
"Nos parece tan importante, poner por delante estas investigaciones para establecer si hay adicción a las redes sociales y generar regulaciones que protejan nuestro cerebro de las neurotecnologías -que lo intervienen directamente- o de las plataformas que nos predicen a través de los datos y pueden terminar con nuestra libertad y autonomía”.
Para el senador esta regulación “debe tener un criterio precautorio, y son las empresas las que deben demostrar que no produce daño (…) es importante establecer que el uso de los mecanismos de refuerzo dopamínico -y el uso y pertenencia a las RRSS genera dopamina- genera adicción (…) y el problema es que esto se produce en medio de un crisis de los valores fundamentales de la humanidad -religioso, ideológicos, pertenencia a un estado nacional- lo que genera profunda incertidumbre y angustia existencial”.
Usted puede revisar las diversas presentaciones en los siguientes videos:
- Simposio: Bienvenida y I parte.
El profesor Ofir Turel, manifestó que “es posible que las personas puedan controlar su comportamiento, la mayoría de las veces, quizás no está la motivación de dejar el uso excesivo de las redes sociales . Quedan preguntas importantes si es que estas conductas de uso excesivo ¿Sirven como puerta de entrada a otras adicciones? ¿Las redes sociales pueden generar un cambio en el sistema de recompensa? ¿Esto puede crear una necesidad constante de búsqueda de nuevas recompensas?”, indicó.
En tanto el profesor Aviv Weinstein especialista en adicción a Internet, compras compulsivas y adicción al ejercicio sugirió que el uso excesivo del smartphone causa problemas de salud mental y bienestar sicológico. “Hay comorbilidad entre su uso excesivo, la depresión, ansiedad, el trastorno excesivo compulsivo, la soledad, el estrés, el trabajo de la función cognitiva, la memoria de trabajo, el procesamiento numérico y la cognición social y problemas de comunicación e impulsividad”.
La siquiatra estadounidense Marc Potenza, manifestó que “necesitamos más evidencia de que lo que defines cómo adicción para las redes sociales, hay razones para estar preocupados... el cómo se regulan el uso de las redes sociales de acuerdo con la edad”.
La doctora Kara Bagot, directora médica del Instituto de Adicciones del Monte Sinaí., señaló que “el 75% de niños entre 8 y 10 años tiene acceso a dispositivos móviles con una exposición de 4.5 horas promedio (…) nos centramos mucho en los negativos potenciales pero hay muchos positivos potenciales, es un sistema de apoyo y las personas buscan apoyo en ellas, los chicos con cierto trastorno puedes usar las redes sociales para ayudar a su socialización (…) Hay grupos que son beneficiados desde las redes sociales y no necesariamente los afectan negativamente”.
Para el Dr. Mark Griffiths, “el uso de los sitios de redes sociales producen una recompensa continua mejor autoeficacia y satisfacción emocional. Más tiempo en RRSS puede llevar a una dependencia sicológica y de vida. El uso predice significativamente las adicciones en internet según reveló un estudio de 2016 a 23 mil adultos noruegos y había uso una correlación del uso de redes sociales y juegos de apuestas como también problemas y trastornos mentales. Nos dimos cuenta de que, a menor edad, mayor posibilidad de convertirse en un adicto a estas tecnologías.
Michael Rich, profesor de la Facultad de Medicina de Harvard señaló que “esto no se ve como una adicción es parecido a alimentarse de manera compulsiva. Cuando hay una privación, como se da en el trastorno alimentario, en que se dan estos atracones es impulsado por la ansiedad, trastornos del ánimo en vez de una necesidad real de ese recurso hay una pérdida de control continuo. La diferencia entre la adicción verdadera es que la abstinencia no es la solución, pero si la autorregulación”.
Para el doctor Dimitri A. Christakis “Hay que seguir haciendo estudios (…) Los infantes están en un gran riesgo, no están obteniendo la atención que debieran tener, los medios digitales parten a los cuatro meses de edad en la mayoría del mundo y esto va a ser un problema potencial. Creo que los infantes están en un riesgo altísimo por dos razones porque están naciendo conectados para entender la causalidad y por la violación del paradigma de las expectativas”