Senadores continúan analizando articulado de la ley de migraciones
En la sesión ordinaria, ocho congresistas hicieron presente sus postura respecto a la iniciativa. El debate continuará el próximo 2 de septiembre.
27 de agosto de 2020
En la segunda jornada de debate sobre el proyecto sobre Ley de Migración y Extranjería, la Sala del Senado continuó el análisis del articulado del texto legal, antes de que sea sometido a votación.
De este modo, los Comités acordaron continuar con la discusión de la iniciativa el miércoles 2 y el jueves 3 de septiembre. En esas jornadas se seguirá revisando la norma que crea un cuerpo jurídico moderno en materia migratoria, acorde con los tratados internacionales suscritos y ratificados por Chile.
En la sesión, los congresistas reconocieron transversalmente la pertinencia de actualizar la legislación en esta materia, sin embargo las diferencias se evidenciaron respecto a los procedimientos de regularización de los extranjeros que ya laboran en el país.
El objeto de la normativa es regular el ingreso, la estadía, la residencia y el egreso de los extranjeros del país, y el ejercicio de derechos y deberes, sin perjuicio de aquellos contenidos en otras normas legales; así como la normar materias relacionadas con el derecho a la vinculación y el retorno de los chilenos residentes en el exterior.
De esta forma plantea una serie de tareas, parte de las cuales se detallan a continuación:
- Regula los principios fundamentales en materias migratorias, estableciendo el deber del Estado de promover, proteger y respetar los derechos humanos de las personas extranjeras que se encuentren en Chile, sin importar su condición migratoria.
- Reconoce como principios inspiradores en materias migratorias la igualdad de los extranjeros ante la ley y su no discriminación; el interés superior del niño, niña y adolescente; la existencia de un procedimiento migratorio informado; y la integración e inclusión de los extranjeros dentro de la sociedad chilena en sus diversas expresiones culturales, fomentando la interculturalidad, entre otros aspectos.
- Reconoce a los extranjeros el derecho al libre desplazamiento; la igualdad en el ejercicio de sus derechos y obligaciones; la protección contra la discriminación arbitraria; la aplicación de un procedimiento racional y justo para la aprobación o rechazo de su solicitud de ingreso o un permiso de residencia en el país.
- Dispone que las mujeres embarazadas, víctimas de trata y tráfico de migrantes, o de violencia de género o intrafamiliar, tendrán un trato especial por el Estado, garantizando una visa que regule su permanencia.
- Regula el control de ingreso y egreso, el que es concebido como la clave para una migración ordenada, estableciéndose los requisitos y las prohibiciones de ingreso.
“No es es fácil esta discusión porque ambas partes tienen razón. Lo que se espera de un Gobierno es que promueva la confianza y no los miedos. Esperamos una ley equilibrada que permita el ingreso regular. Queremos que dé facilidades a aquellos que ya se han insertado en el mundo laboral”.
"Necesitamos una legislación que no dependa del gobierno de turno. Los flujos migratorios nos han convertido en un país de extranjeros. No se trata decir qué gobierno fue más permisivo. El debate de fondo es cómo regularizar la situación de extranjeros que están trabajando acá".
"Esta es una discusión en particular de un texto muy complejo con varias versiones. No estoy por el artículo que pone un letrero que dice: 'En Chile hay oportunidades laborales'. En los últimos cinco años, pasamos a ser una de las naciones con más migración en Latino América. Los extranjeros son un 8% de la población nacional".
"El debate se ha centrado en qué modelo es mejor para regular a los extranjeros que vienen a Chile a buscar trabajo y si debe haber un mecanismo para regularizar automáticamente a aquellos que están en la clandestinidad. Más de dos millones de chilenos han perdido el empleo en la pandemia".
"Hay algunos aspectos que son transversales como el deber del Estado de proteger los derechos de los migrantes o el hecho de crear una nueva institucionalidad. Hoy solo la migración se encarga de las visas y la expulsión de personas que ingresaron irregularmente. Ahora se quiere dar una mirada de los derechos humanos".
"No es sencillo el desafío de reemplazar una ley de extranjería por una verdadera ley de migraciones. Al año 2019 la cifra es un millón y medio de personas un 20% de aumento al año anterior. El desafío es cómo vamos a regularizar la situación de cerca de 300 mil extranjeros que no están regularizados y que los coloca en una situación de vulnerabilidad".
"Pasamos de 156 mil migrantes el 2006 y ahora con proyecciones del INE a cerca de un millón y medio. Tenemos el legítimo derecho de establecer estos rayados mínimos para tener el tipo de migraciones que nos asegure tener el respeto, los derechos básicos y el desarrollo de mejores condiciones de vida, ordenadamente y no una situación sin un marco regulatorio mínimo".
"Una política migratoria del siglo XXI tiene que estar basadas en estándares y principios de derechos humanos y en buenas prácticas de política migratoria como lo recomienda Naciones Unidas. Mecanismos de regularización transitorios, principio de no devolución, garantizar derechos políticos de los migrantes y que la misma ley no permita más irregularidad".